El proyecto de G.E. Moore y Principia Ethica

El texto de G.E. Moore: Principia Ethica fue publicado en 1903. Es reconocido como un punto de quiebre en la ética, pues abandona el estudio de la  ética tradicional, denominado como ética de primer orden y se centra en el análisis de las oraciones y argumentos éticos para determinar la validez de estos últimos, es decir, un estudio ético de orden superior (meta-ética). El trabajo de Moore, en otros términos, marca el inicio de la teoría ética analítica, lo que se llamaría posteriormente “Metaética” teniendo en cuenta de que Moore todavía no hace referencia  a la disciplina con dicho término. Sobre esto, Lytton Strachey, por ejemplo, afirmó que Moore establecía en Principia Ethica un nuevo método para tratar las cuestiones éticas siendo este uno de los textos sobre ética más importantes del s. XX. Ahora bien, es necesario destacar que la propuesta central de este texto es el argumento de la pregunta abierta, que establece la pauta para el debate metaético de los siguientes cien años. El argumento tuvo y tiene tanto seguidores como detractores; por ello, no debe resultar extraño que varias teorías metaéticas surjan como respuesta al argumento de la pregunta abierta (Feldman, 2005). Más allá de los aciertos y errores presentes en su teoría, la cantidad de discusiones que se plantean a partir de Principia Ethica  muestra eldel gran legado de Moore para la disciplina.

En este texto, desarrollaremos la ideas más importantes de Moore y la influencia que tuvo en el estudio de la Metaética. Para ello, el texto tendrá la siguiente estructura. Primero, explicaremos la indefinibilidad de lo BUENO. Segundo, explicaremos la falacia naturalista. Tercero, presentaremos el famoso argumento de la pregunta abierta y, cuarto, algunas objeciones. Finalmente, veremos el legado de G.E. Moore en la metaética. 

La indefinibilidad de BUENO

Antes de empezar esta sección, utilizaremos BUENO en mayúscula para hablar de la propiedad ser bueno y utilizaremos “bueno” entre comillas cuando queramos hablar de la palabra o el término lingüístico. Planteemos un pequeño ejemplo para que quede más clara la distinción. Imaginemos a nuestro amigo que es alto. Por un lado, esta persona tiene la propiedad de ser alto o ALTO. Por otro lado, cuando escribimos o expresamos nuestros pensamientos por medio de oraciones, utilizamos términos lingüísticos como el predicado “alto”. En este caso, el predicado refiere a una propiedad que sería ALTO o ser alto. Teniendo clara esta distinción, pasemos al argumento de Moore.   

Para Moore, definir una propiedad P involucra identificar sus partes y describir cómo estas se conectan para constituir P. Entonces, como la definición de una propiedad consiste en dar cuenta de su constitución, y dar cuenta de su constitución consiste en identificar sus partes y el modo en que están conectadas, de esto se sigue que, si una propiedad P es definible, P es compleja. Sin embargo, una tesis más compleja es el condicional inverso: si P es compleja, entonces P es definible. Esta tesis es mucho más fuerte que la anterior (y potencialmente problemática). De esto se sigue que, la definibilidad, según Moore, es la capacidad de identificar partes y modos de conexión entre esas partes para constituir un todo. Lo que este segundo condicional (el inverso) nos dice es que el hecho de que la propiedad P sea definible es condición necesaria de que tal propiedad sea compleja. Hay un modo de entender ese condicional tal que no hace que una propiedad compleja sea dependiente de nuestras capacidades de definición, sino que más bien afirmaría que toda propiedad compleja es en principio definible por un agente que quizás cuente con infinitas capacidades cognitivas. 

Asimismo, para Moore, solamente las cosas que son complejas, esto es, que están compuestas de partes relacionadas entre sí, son susceptibles de ser definidas en virtud de su capacidad de ser analizadas en sus partes constituyentes (Moore, 1993, pp. 59- 61). Entonces, una definición se construye mediante términos que señalan aquellas partes de algo complejo que ya no pueden continuar siendo divididas ni analizadas en virtud de su simplicidad, elucidando así, su posición atomista sobre cómo entender las propiedades. Por ejemplo, si el predicado “bueno“ refiere a una propiedad simple, no podría ser definida según Moore.

Consideremos primero ejemplos de propiedades simples y, después, después de complejas. Moore afirma que toda entidad definible tiene que ser reducible a sus partes más simples y la propiedad de ser bueno es simple ; por ende, no es reducible a nada y no es definible. Para Moore, que algo sea reducible es que sea sustituible por sus partes en nuestra mente cuando se piensa acerca de él.  Como la propiedad de ser bueno no tiene partes, no hay nada con que sustituirla cuando pensamos en ella; por lo tanto, es indefinible. 

Cuando Moore diceque la propiedad de ser bueno es indefinible, sostiene que los pensamientos que tengamos sobre la propiedad  BUENO no son sustituibles por pensamientos sobre propiedades más simples. A modo de ejemplo, Moore compara la simplicidad de la propiedad de ser bueno con la simplicidad de la propiedad de ser amarillo.

(1)                          Ese limón es amarillo.

(1*)                        Moore cree que ese limón es amarillo.

(2)                         Ese limón refleja ondas de luz de frecuencia n.

(2*)                       Moore cree que ese limón refleja ondas de luz de frecuencia n.

Moore puede tener la creencia de que ese limón es amarillo sin por ello tener la creencia de que ese limón refleja ondas de luz de frecuencia n. Esto porque simplemente puede ser ignorante respecto de la física de la luz y la óptica. Esto haría que a. sería verdadera y b. falsa. La propiedad de ser amarillo, entonces no refleja la propiedad de reflejar ondas de luz de frecuencia n a pesar de que todo lo que sea amarillo refleja de ondas de luz de frecuencia n.

Respecto a las propiedades complejas. La propiedad de ser cuadrado es una propiedad compleja que está constituida por tres propiedades que son más simples: ser una figura plana, tener cuatro lados iguales y tener cuatro ángulos interiores rectos. Por el condicional inverso, si la propiedad de ser cuadrado es compleja entonces es definible. De este modo, cuando una propiedad P es definible quiere decir que P es reducible a sus partes constituyentes. Además, si P es reducible a sus partes constituyentes implica que P es sustituible por ellas cada vez que pensemos sobre P. En consecuencia, la propiedad de ser cuadrado es sustituible por sus partes constituyentes cada vez que pensamos en esa propiedad. Por ejemplo, consideremos el siguiente pensamiento:

(3)                          Todo cuadrado es un paralelogramo

Es sustituible por:

(3*)                       Toda figura plana de cuatro lados iguales y cuatro ángulos interiores rectos es un paralelogramo.

Otro ejemplo radica en la propiedad de ser yegua: (ser yegua: ser caballo + ser hembra)

(4)                         Aura es una yegua.

(4*)                       Moore cree que aura es una yegua

(5)                        Aura es un caballo hembra.

(5*)                      Moore cree que aura es un caballo hembra.

Entonces la propiedad de ser una yegua es definible.

En el ejemplo de la propiedad de ser caballo, si tuviéramos la lista completa de todas las partes de un caballo y de todas las maneras en que estas partes están conectadas para ser un caballo estaríamos en posición de definir la propiedad de ser caballo en términos de esas partes. Si el ser definible es ser reducible y, si ser reducible es ser sustituible en la mente; entonces, si la propiedad de ser caballo es definible, entonces es sustituible en nuestras mentes por propiedades más simples que la constituyen. Sin embargo, para tener pensamientos sobre las partes de un caballo, se necesita estudiar acerca de la biología equina, mientras que, para tener pensamientos sobre caballos, basta con haber visto u oído uno de ellos.

Es necesario aquí establecer una distinción imprescindible para entender los argumentos de Moore. Se debe tener en cuenta que, si se trata de pensamientos de dicto, los pensamientos sobre la propiedad de ser caballo no son sustituibles por los pensamientos sobre la propiedad de ser un cuadrúpedo con pezuñas del género equino. Cuando Moore dice que la propiedad de ser caballo es definible deben ser pensamientos de re sobre dicha propiedad. La distinción de dicto / de re, consiste en lo siguiente:

  • Para tener el pensamiento de dicto de que ser un cuadrúpedo con pezuñas del género equino es una propiedad de x, es necesario tener un poco de conocimiento de biología equina. En otras palabras, es tener un pensamiento que le atribuye a x ser un cuadrúpedo con pezuñas del género equino.
  • Para tener el pensamiento de re De Re de que ser un cuadrúpedo con pezuñas del género equino es una propiedad de x, es suficiente saber que x es ser un caballo ya que ser un caballo es ser un cuadrúpedo de género equino, lo sepa o no.

Esto está explicado también mediante el ejemplo del agua: Como el agua siempre fue una sustancia compuesta de dos átomos de hidrógeno y una de oxígeno, cada vez que alguien tenía un pensamiento de re sobre la propiedad de ser agua tenía, por ello, un pensamiento de re sobre la propiedad de estar compuesto por moléculas de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Esto sucede independientemente de que la gente que lo pensara supiera que el agua es H2O.

La falacia naturalista

Moore es considerado como el iniciador de la postura metaética que afirma que las oraciones morales no dan cuenta de estados del mundo, por lo que estas no pueden reducirse a proposiciones empíricas o científicas. Las oraciones morales, para Moore, constituyen un tipo único en su especie (sui generis) puesto que, al contener al predicado “bueno”, refieren a un objeto de pensamiento particular: la propiedad de ser bueno (goodness). Moore considera que la naturaleza de esta propiedad es radicalmente distinta a la de propiedades naturales por lo que una preocupación fundamental de su obra es delimitar la independencia objetiva del ámbito moral axiológico respecto del empírico-natural. Una tesis central de Moore es que dicha propiedad es inanalizable en la medida en que su contenido es irreducible a partes más simples.

El no-naturalismo, también llamado antinaturalismo, de Moore defiende que la propiedad de ser bueno –a la cual se relaciona el predicado de ser bueno– no es una propiedad natural ni puede ser reducida a propiedades naturales. De este modo, la falacia naturalista que se desarrolla en Principia Ethica es la culminación de un proyecto que encuentra su punto de partida en escritos previos de como La base metafísica de la Ética, en la cual abarca la falacia que implica cualquier definición empírica del bien. Moore afirma que casi toda la teoría ética previa a su contexto, salvo la ética de Sidgwick y la de Platón, cae en la falacia naturalista; el autor dedica los cuatro primeros capítulos de su libro a la identificación y desarrollo de lo que esta -la falacia naturalista- implica. El autor considera que las cuestiones éticas pertenecen a un área de investigación genuina y objetiva, pero que se encuentra en discontinuidad con las ciencias empíricas (Moore, 1993). Sin embargo, como se ha repasado en secciones anteriores, esta escisión ha sido pasada por alto por parte de muchos estudiosos del tema, lo cual ha conducido a grandes confusiones en torno a las preguntas y respuestas que competen propiamente a la ética. Así, señala que hay tres premisas con las que se compromete todo aquel que caiga en la falacia naturalista:

B: bueno

P1                        Identificar B con una propiedad distinta a B

P2                       Identificar B con alguna otra propiedad que sí sea susceptible a ser analizado -analizable-

P3                       Identificar B con alguna propiedad natural o metafísica

Al proponer estas tres premisas, el autor desea observar que, si bien son tesis independientes la una de la otra, pueden combinarse para afirmar que BUENO no es una propiedad analizable en términos de propiedades naturales o metafísicas; cuando se confunde un objeto natural con uno no natural se cae en una falacia naturalista (Moore, 1993, § 12). En este sentido, Moore considera que la propiedad BUENO denota a un objeto del pensamiento. Esto sucede en oposición al naturalismo que define esta propiedad identificándolacon otras propiedades. La falacia naturalista consiste en una definición inadecuada (Gauthier, 1967): el error de definir algo que no puede ser definido como se explicó en la indefinibilidad de BUENO.

La tesis de Moore de que la propiedad de ser bueno es indefinible consiste en que todos nuestros pensamientos de re sobre dicha propiedad, solo pueden involucrar la propiedad de ser bueno y no otra más básica. Si la propiedad de ser bueno, como la de ser amarillo, es indefinible, entonces tiene de especial que es una propiedad indefinible no natural. Sostener lo contrario es caer en la falacia naturalista. La propiedad de ser bueno no solo es irreducible a propiedades más simples, sino, sobre todo, es irreducible a propiedades no-morales. Por lo tanto, ser bueno es una propiedad no-natural. De esto se desprende que, para Moore, las tesis que sostienen que Bueno es placer (propiedad natural), son instancias de la falacia naturalista. Para ello, sin embargo, es necesario responder ¿qué es una propiedad no natural? Moore no dice qué entiende por propiedad natural. Sin embargo, una manera pedagógica de entender esto podría ser la siguiente:

Una propiedad es un modo de seleccionar un conjunto de entidades. Por ejemplo, del conjunto M = (helio, neón, radón, argón, kriptón, xenón y oganesón) ), se tienen dos propiedades:

  • Propiedad A: miembro del conjunto que contiene los elementos  helio, neón, radón, argón, kriptón, xenón y oganesón 
  • Propiedad B: gas noble

Teniendo en cuenta que las propiedades a y b son co-extensionales porque seleccionan al mismo conjunto M, es necesario advertir que la propiedad b juega un rol unificador y explicativo en nuestras mejores teorías sobre el mundo, mientras que la propiedad a simplemente enumera a cada uno de los elementos de M. Por lo tanto, teniendo en cuenta que ambas propiedades, a y b son legítimas según la definición dada, es verdad que hay una diferencia cualitativa entre ambas propiedades. Esta diferencia tiene que ver con el rol que estas propiedades pueden jugar en nuestras mejores teorías sobre el mundo y no en el hecho de que sean o no propiedades. En general, si una propiedad P juega un rol unificador y explicativo en nuestras teorías científicas, P es una propiedad natural. El argumento de Moore se simplifica de la siguiente manera:

Argumento M

P1:                       Si la propiedad de ser bueno no juega un rol unificador y explicativo en nuestras mejores teorías científicas, ser bueno es una propiedad no natural.

P2:                      La propiedad de ser bueno no juega un rol unificador y explicativo en nuestras mejores teorías científicas

C:                        La propiedad de ser bueno es una propiedad no-natural

Sin embargo, si esta fuera la única razón para creer que la propiedad de ser bueno, sería una propiedad no natural, la propuesta de Moore dependería de una convención que no tendríamos por qué aceptar. Sin embargo, Moore ofrece una mejor razón a favor de su tesis, la cual explicaremos en la siguiente sección del argumento de la pregunta abierta.

El argumento de la pregunta abierta

Moore considera que es un grave error que se repite constantemente en la historia de la filosofía el hecho de no establecer de antemano cuáles son las preguntas que se quieren responder, de modo que se cae en intentos de respuestas sin haber planteado con suficiencia a qué se apunta y qué es lo que se pretende responder con ellas (Moore, 1993, p. 33). El autor considera que gran parte del trabajo sobre ética ha buscado responder 2 preguntas, a) ¿qué cosas deberían existir por sí mismas? y b) ¿qué tipo de acciones se deberían -en cuanto deber moral- realizar? Soames (2019) esclarece lo expuesto reformulando las preguntas, pero conservando el sentido de las mismas.

  1. a) ¿Qué cosas deberían existir por sí mismas? ¿Qué tipo de cosas son intrínsecamente buenas?
  2. b) ¿Qué tipo de acciones se deberían -en cuanto deber moral- realizar? ¿Qué tipo de acciones son correctas?

Consecuentemente, Moore parte del siguiente razonamiento para su teoría: en la medida que la pregunta fundamental de la ética es ¿qué es bueno? (Moore, 1993, § 5), debido a que la propiedad de SER BUENO es el único objeto que le es propio a la ética, no puede desarrollarse ninguna teoría metaética si no se tiene definido a qué nos referimos cuando atribuimos la propiedad de ser bueno a un algo.

Así, Moore se pregunta por la naturaleza de la evidencia que se tendría que presentar para dar respuestas a cualquier pregunta de carácter ético, sean estas pruebas a favor o en contra de alguna postura. Para las preguntas de tipos a) (ver arriba), están las respuestas que Moore denomina éticas. Por ejemplo, las siguientes:

a.1)                        El respeto es (intrínsecamente) bueno.

a.2)                       Los derechos son (intrínsecamente) buena.

* en ambos ejemplos bueno es un predicado

Por su parte, las respuestas a preguntas de tipo b) (ver arriba) son denominadas causales.

b.1)                       Mantener una sana convivencia es correcto.

b.2)                      Respetar a todas las personas es correcto.

Por ello, el punto central en el debate ético que propone Moore es su afirmación de que la propiedad de ser bueno es indefinible. A partir de esto, Moore presenta el argumento de la pregunta abierta para defender esta posición. Con tal fin, Moore debe reforzar la idea de que ‘bueno’ refiere a una propiedad simple y no una compleja y/o sin sentido.

En primer lugar, Moore mantiene una postura intuicionista moral, esto quiere decir que para él lo ‘bueno’ solamente puede conocerse por una intuición moral, ya que es una propiedad no natural imposible de ubicarse en algún contexto temporal o espacial. Asimismo, como lo ‘bueno’ denota algo simple e imposible de definir, resultaría en un error intentar definirla, puesto que nos toparíamos con propiedades complejas o sin sentido.

En segundo lugar, Moore sostiene que, en la medida en que siempre resulta válido preguntarse por el sentido de afirmar que algo es ‘bueno’, lo ‘bueno’ no puede referir a algo complejo. De esta manera, se formula el argumento de la pregunta abierta, el cual consiste en afirmar que siempre es posible cuestionarse si la definición de ‘bueno’ que se propone es apropiada realmente y si es pertinente plantearse esta pregunta. Por ejemplo, si se define lo ‘bueno’ como lo ‘placentero’ y tiene sentido preguntarse si lo ‘placentero’ es ‘bueno’, entonces podemos notar que ‘bueno’ y ‘placentero’ no son sinónimos. En consecuencia, si nos preguntamos si lo placentero es placentero no es lo mismo que preguntarnos si lo placentero es bueno. En el primer caso, la respuesta es evidente y además señala una tautología, lo que también puede señalarse como una pregunta cerrada, mientras que en el segundo caso resulta lógico cuestionarse si lo placentero es bueno, lo que además nos lleva a una pregunta abierta no tautológica. (Martinez, 2003, pp. 65 -88). Así, Moore señala esto para demostrar que ‘bueno’ no puede definirse de ninguna manera e incluso afirma que no existe un sinónimo adecuado para ‘bueno’.

Objeciones al argumento de la pregunta abierta

La propuesta de Moore de señalar que lo ‘bueno’ es indefinible resulta bastante atractiva a primera vista. No obstante, es posible notar algunos puntos débiles en el argumento. En primer lugar, cuando se acepta que el término ‘bueno’ es indefinible, se  afirma que todo juicio donde se señale que algo es ‘bueno’ no podría ser un juicio analítico, dado que lo ‘bueno’ no podría ser reemplazado por otros términos equitativos. Por lo tanto, todos los juicios que impliquen el uso de ‘bueno’ serían sintéticos, ya que el predicado ‘bueno’ siempre aportaría nueva información al sujeto. Sin embargo, resulta casi evidente que existan cosas buenas como la felicidad, de allí que, incluso, pueda decirse que lo bueno es aquello que causa felicidad. Al respecto, Moore no podría aceptar ese juicio como uno analítico sino como uno sintético. En efecto, la felicidad es buena, pero la felicidad no es una definición de lo bueno. Entonces, teniendo en cuenta lo anterior, ¿cómo podríamos acceder a la propiedad de ser bueno? Moore señala que accedemos a lo bueno a través de la intuición. Él acepta que algunos objetos o entidades puedan ser buenos en circunstancias determinadas, pero estos objetos o entidades no podrían definir de manera general lo bueno, lo que terminaría por reforzar el argumento de la pregunta abierta.

En segundo lugar, el argumento de Moore abre las puertas para otros argumentos como el del filósofo Alfred Ayer, quien sostiene lo siguiente: si no es posible definir la propiedad de ser bueno, entonces es posible negar su existencia. De este modo, cuando señalamos que algo es bueno, en realidad no señalamos una propiedad de ese algo, sino que más bien expresamos un sentimiento favorable a ese algo. Volviendo al ejemplo anterior, si tomamos la frase la felicidad es buena, no estamos afirmando que una de las propiedades de la felicidad sea lo bueno sino más bien expresamos un sentimiento positivo de la felicidad como si celebráramos su existencia. (Ayer, 1991, pp 22- 40). Por ello, cuando aceptamos el argumento de Moore, es posible abordarlo desde una perspectiva cognitivista no naturalista como Moore o una no cognitivista como Ayer.

Muchos de los contemporáneos de Moore fueron persuadidos por su identificación y crítica a la falacia naturalista; sin embargo, no estuvieron tan de acuerdo con que la concepción abstracta de valores morales de Moore superara las teorías éticas naturalistas que fueron objeto de su crítica. En este sentido, se cuestionaron las bases metafísicas y epistemológicas de la postura de Moore.

Ver Sección La indefinibilidad de BUENO

El legado de la metaética de G. E. Moore

Según Moore, el término ‘metafísico’ se refiere a algún objeto de conocimiento que no es parte de la naturaleza, es decir, que no existe en la naturaleza, pero que de alguna manera existe en una supuesta realidad suprasensible (1959, pp 17 – 20).  De este modo, la ‘ética metafísica’ es la rama que se encarga de la naturaleza de la realidad suprasensible de la cuestión acerca de lo ‘bueno’. Durante más de 19 siglos los filósofos que incansablemente se dedicaron a la tarea de estudiar lo ‘bueno en sí’, no se habían ocupado del estudio de lo más básico de todo el campo de la ética, cuál es la naturaleza de la existencia de lo bueno. ¿Existe lo bueno independientemente de los humanos?

Moore abre la puerta a uno de los debates más interesantes en el campo de la filosofía moral en los últimos siglos. Evidentemente, la pregunta, como muchas otras que aborda la filosofía, permanece abierta a respuestas. No obstante, aunque todavía no podamos definir con exactitud, en términos de Moore, lo que entendemos con la propiedad de ser bueno, somos capaces de construirnos un sistema moral. Por ello, la pregunta por la naturaleza de lo ‘bueno’, si existe o no en el mundo de forma a priori (en términos kantianos), no ocupa solo al campo de la filosofía moral, sino que el debate se extiende hacia campos como la lógica, la filosofía del lenguaje y la epistemología.

El concepto fundamental para la ética como disciplina es la propiedad de lo bueno -goodness-, la cual presenta como aquello que se debería desear (Hurka, 2015).

Conclusión

A lo largo del presente artículo, se han observado los conceptos más importantes de la obra de G. E. Moore y las respuestas que ha recibido. Desde su cuestionamiento acerca del significado del término “bueno” hasta la formulación de su argumento de la pregunta abierta, Moore se ha convertido en una de las figuras centrales de la Metaética y sus teorías han allanado el camino para el debate dentro de esta subdisciplina durante décadas. A continuación, se resumirán los puntos más importantes del artículo.

En primer lugar, Moore se enfrenta a las teorías de la ética de primer orden al proponer una nueva perspectiva para definir la propiedad de ser bueno. La ética normativa se ha concentrado en dar por sentido qué significa esta propiedad y ha intentado ofrecer normas al respecto. Una teoría de segundo orden sobre la ética, como la de Moore, se cuestiona primero la definición de la misma. Moore sostiene que, a diferencia de otras propiedades complejas, la propiedad ser bueno no puede ser definida en el mismo sentido que se define la propiedad de ser caballo o cuadrado. Para afirmar esto, explica que ser bueno es una propiedad irreducible, pues no puede ser sustituida por otras propiedades más simples. Pensar en la propiedad de que algo es bueno siempre es solamente eso: pensar en que algo es bueno.

En segundo lugar, no obstante, Moore enfatiza un carácter especial en la indefinición de la propiedad de ser bueno, pues esta puede ser aplicada a otras propiedades como las de los colores. La propiedad de ser bueno es no naturalista. Ello indica que, para definirla, no pueden utilizarse propiedades naturales. Por ejemplo, no se puede reducir la propiedad de ser bueno a la propiedad de sentir placer o felicidad. A primera vista, la postura por la falacia naturalista que Moore encuentra útil para propiedades como ser bueno podría parecer contraintuitiva. Sin embargo, Moore ofrece un argumento central que intenta rescatar la posición en favor de la falacia naturalista que él propone.

En tercer lugar, el argumento que ofrece Moore para ello es el de la pregunta abierta. Para entender realmente el carácter especial de una propiedad moral, simple y no naturalista, es preciso cuestionarse qué tan verdadera es una teoría naturalista sobre tal propiedad. Según ella, una propiedad como ser bueno puede ser sustituida por lo que se desea desear. Como se ha demostrado en la sección respectiva, la sustitución no es válida, porque de ella surge una pregunta abierta, por un lado, y una pregunta tautológica o cerrada, por otro. En ese sentido, las propiedades de ser bueno y lo que se desea desear ofrecen dos preguntas distintas. De tal manera, pueden afirmarse las dos teorías mostradas previamente: por un lado, la propiedad de ser bueno es, en efecto, indefinible en términos de Moore, pues es simple e irreducible. Por otro lado, demuestra que la teoría naturalista no satisface adecuadamente el significado de tales propiedades, pues sus respuestas no son sustituibles con ellas.

En suma, Moore ha dejado un legado tanto con adeptos como con críticos. A partir de sus reflexiones, filósofos, como Ayer por ejemplo, se han cuestionado acerca de a qué realmente se refieren los hablantes cuando hablan de la propiedad de ser bueno. La obra ha impulsado debates que ampliaron no solamente la Metaética, sino también diferentes corrientes del pensamiento filosófico a lo largo del siglo XX y el siglo actual. Por todo ello, puede afirmarse que Moore fue un pensador influyente que, junto con su argumento de la pregunta abierta, sentó las bases para el desarrollo de una perspectiva interdisciplinaria para entender la ética desde un ámbito innovador.

Bibiografía

Ayer, A. J. (1991) Lenguaje, verdad y lógica. Universidad de Valencia. Versión al español.

Feldman, F. (2005). The Open Question Argument: What It Isn’t; and What It Is. Philosophical Issues, 15, 22-43. www.jstor.org/stable/27749829

Gauthier, D. (1967). Moore’s Naturalistic Fallacy. American Philosophical Quarterly, 4(4), 315-320. www.jstor.org/stable/20009257

Hurka, Thomas, «Moore’s Moral Philosophy», The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Fall 2015 Edition), Edward N. Zalta (ed.). https://plato.stanford.edu/archives/fall2015/entries/moore-moral/ 

Martinez, Maximiliano (2003) La Falacia Naturalista y el Argumento de la Pregunta Abierta. Universitas Philosophica 40 -41

Moore, G.E. (1959) Principia Ethica. Universidad Nacional Autónoma de México. Primera versión en español de la versión original publicada en 1901.

Moore, G. E. (1993). Principia Ethica (Baldwin, T. ed.). Cambridge University Press. (Original publicado en 1903).  

Soames, S. (2019). El Surgimiento de la Filosofía Analítica. Tecnos – PUCP.

Strandberg, C. (2004). In Defence of the Open Question Argument. The Journal of Ethics, 8(2), 179-196. www.jstor.org/stable/25115788 

Links a otros recursos

Moore’s Moral Philosophy https://plato.stanford.edu/entries/moore-moral/

 

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